Permiso al cielo no le pide
la luz que baja, ilumina y entibia.
Pájaros despiertan, vuelan
se posan en nuestras espaldas
y miles de dedos caminan.
Los párpados se cierran.
Nace música.
Susurran las notas
concierto de dos lunas y una fantasía.
Por cada segundo de pasión
el segundero de fuego
va marcando en el corazón la mutua entrega.
Las estrellas se besan traspasando nubes
y nos reunimos para recibir y sentir
el despertar de volcanes.
Somos la luz del amor
y nuestros cuerpos brillan.
ChicoMalo
01-05-2008
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